Calma,
Humareda de ventarrones profundos,
que me erizan el cuerpo,
Y desintoxican mi alma.
Se pone en blanco mi mente,
permanezco en silencio
sonrío,
me siento viva!,
Siento mi corazón latir,
mi sangre deslizarse,
mi pulso serenarse.
Mi alma se reconforta,
mi cuerpo se sosiega,
Siento q floto,
y que me desprendo de este lugar,
que no existo,
que flameo.
Susurros frescos fluyen por mi ser,
desde la hondura de mis dedos, hasta lo incircunscripto de mi masa.
Postrada en mi aposento,
Sintiéndome libre, como si permaneciera en un cuento,
en un corto de mi vida.
La lluvia decae sobre mi,
escurriendo mis tristezas,
como rastrillo que purga mis entrañas,
y araña mis esperanzas, para resucitarlas.
Vuelvo en mi,
A mi cosmos, a mi cruel y espeluznante realidad.
Que nada me turbe, nada me espante,
mi alma esta serena, nadie la saca de su equilibrio.